Laura Palmer nunca se mudó a Los Angeles. La encontraron muerta, wrapped in plastic, un 24 de febrero de 1989 en Twin Peaks, Washington. Su amiga Audrey Horne tampoco se marchó a Los Angeles. Al parecer, ése es el destino que tenían previsto para ella David Lynch y Mark Frost: un spin off de sus aventuras californianas. Abandonada la idea, Audrey Horne se convirtió en la Betty Elms (¿o era Diane Selwyn?) de Mulholland Drive.
A pesar de eso, la primera vez que oí un disco de Lana del Rey recuerdo haber pensado: exactamente así es como sonaría la música de Laura Palmer si hubiese conseguido sobrevivir a Twin Peaks e iniciar una carrera musical en Los Angeles.
Y luego estuvo, claro, Norman Fucking Rockwell, que no sólo era un disco acojonante, sino que fue sobre todo el disco del verano del último verano normal. El último verano sin restricciones de aforo, mascarillas y olas de contagios.
A&W es un nuevo episodio de esta temporada secreta de Twin Peaks, un episodio que a un tiempo sintetiza todos los anteriores y eleva las apuestas. Lana de Rey a.k.a. Laura Palmer ha oído con la misma atención a Joni Mitchell, a Paul McCartney y a 2Chainz y hace mucho que dejó de necesitar un David Lynch que cuente su historia o un Dale Cooper que la rescate de nada.
Hugo Romero 